El origen de la paz

Mucho se dice sobre la paz en el mundo
los hombres se afligen, redactan ensayos
se reúnen, gastan recursos en grandes cumbres,
y flamean las banderas en busca de paz...
Las mismas banderas que sirven para inculcar el deber,
el patriotismo, y la obediencia debida.
Mientras, se fabrican armas,
se educan niños en el odio y la superioridad de su raza,
se preparan ejércitos de adolescentes
y el deseo de venganza los arrasa...
Tantos otros ansían quedarse con lo ajeno,
imperialistas de mente y corazón,
se entrometen alegando justicia,
para que mueran tantos inocentes...
Y la paz, se vuela como paloma
y culmina siendo guerra, siempre...

He visto el odio encarnado en los ojos de los hombres,
y al odio no lo calma un abrazo, ni una palabra,
pero un bálsamo momentáneo, es un comienzo...
El amor es la primera clave.
Falta amor en esta Tierra,
el amor es desprendimiento y desapego,
saber que nada es muestro,
que todo es para todos...
¡Y estamos tan lejos de ello!

¿Utopías de poeta?
Verdad absoluta.

La ceguera no le permite ver al ciego la belleza,
sólo imagina, sin conocerla...
Muchos han nacido ciegos de corazón,
otros cerraron sus ojos,
algunos por la violencia y otros por conveniencia...

El origen de la paz está en el corazón del hombre,
trabajemos el perdón y de él saldrá la justicia...

La paz empieza en cada uno, muchos no la conocen
otros ni quieren conocerla...


Sandra Gutiérrez Alvez
SEDA

Los aviones


los aviones

ellos siempre me atrajeron
pero les temí,
aún sin conocerlos.
quizá fue el estruendoso ruido de sus motores
en las siestas de mi niñez,
y el miedo aterrador a las alturas…
las películas de guerra,
las marchas militares
y las represiones en la escuela.
asociaron aviones con
torpedos,
guerras,
soldados,
dictaduras,
autoritarismo,
obediencia debida,
desaparecidos,
último vuelo…

uno teme a lo desconocido
o a lo que cree que conoce por referencias…

pero las alas de los aviones
son libres
y nos llevan
al amor
la amistad
la solidaridad
las vacaciones
y al silencio…

ellos siempre me atrajeron
aún sin conocerlos…
y les temí
porque otros me mintieron.


Sandra Gutiérrez Alvez

sin refugio


Camina la niña,
camina en silencio…
Buscando a su madre
en su desencuentro…
No tiene morada
ni alma, ese cuerpo;
sólo tiene un tiempo
de invierno sin sueños…
Y besa la niña,
la mojada mejilla
de su frágil madre
que yace entre líneas
de plateadas sombras.
que la condujeron
hacia la pendiente
más negra, vacía,
y cruel de su vida.
La triste morada
de oscuros silencios
le llenan el alma
de vagabundos tiempos…
Siente el frío llanto
de su copa rota.
Deleznable y sutil
guarda el suyo,
y lo guarda tanto,
que casi no puede
siquiera llevarlo,
hasta su guarida,
donde guarda el llanto.
Camina la niña,
camina en silencio,
buscando la mano
que cierre su encuentro,
que calme su llanto,
que cubra sus miedos,
que arrope en sus brazos
su alma de cielo.

Encuentra la niña,
manos de silencio,
un ángel la libra
de su pozo hueco…

Y entre los sustentos
que le deja el tiempo
camina la niña,
desnuda en el viento…
No busca el camino
que aleje su llanto,
ni busca respuestas
de aquel desencanto.
Sólo quiere pronto
recoger pedazos
y juntarlos todos
formando un regazo,
que acune a su madre
que un día en sus brazos
acunó a su niña
y calmó su llanto…

Camina la niña,
buscando un regazo…


Sandra Gutiérrez Alvez



Artículo 9 de los Derechos del Niño

Es un derecho del niño, vivir con sus padres, excepto en los casos que la separación sea necesaria para el interés superior del propio niño.

El sentido de tu vida.

Algún día podrás entender, que no eres sólo lo que ves. Y que perteneces al todo. Que en tu interior vive todo aquello que en el fondo reconoces como ajeno y no lo ves como propio.

Algún día podrás reconocer que tu “yo” está plagado de todo lo que te rodea, que tú eres gracias a todo lo que es exterior a ti y que vienes siendo desde siempre… que eres sol y agua, eres raíz y fruto, flor y semilla.

Eres además la mariposa que poliniza y la gota de rocío que moja el alimento que comes cada día, eres tu prójimo, que elabora tu alimento, el que aplana la calle por la que transitas, el que limpia la basura que tú creas y aquel gusano que descompone tus desperdicios y comienza el ciclo de tus alimentos, por los cuales estás creado.

Algún día podrás desprenderte de la forma que habitas y de la forma en que han dejado tu mente y te encontrarás contigo…y con el cosmos, y con cada mota de polvo que lo forma y que habita en ti, pues tú existes por cada cosa que te rodea.

Algún día podrás prescindir de tus deseos y de tus miedos a ser juzgado, podrás perder tu propia forma y dejarte ver cómo los otros te quieran ver sin importarte lo que otros vean o digan de ti. Por que en ese instante tú verás en ti lo que siempre quisiste ver y seguramente entenderás que eres parte del todo, y todo lo que otros ven en ti y juzgan, es lo que ellos son; por eso pueden verlo. Entonces es el momento de compadecerte de ellos y no de juzgarlos o temerles.

Cuando todo esto y aún alguna otra cosa puedan actuar sobre ti y puedas despegarte de la forma que rodea tus pensamientos, entonces serás más libre, y podrás despegarte de los conceptos de los demás.

Algún día entenderás que tus deseos, son sólo sueños que pueden impulsarte pero que sin ellos eres más tú mismo, entonces ese día, ya no los necesitarás. Entonces verás que el sentido de tus sueños es reconocer que en la felicidad y estabilidad de los demás podrás reconocer las tuyas, y ese es el sentirse pleno, en comunión con todo.

 Cuando entiendas que todo lo que te ata, está en tus conceptos y puedas liberarte de ello, entonces serás totalmente libre, dejando tus propios conceptos y tu “yo” ya no te esclavizará. Entonces y sólo entonces le encontrarás el verdadero sentido a la vida, dejando de parecer y sólo fluyendo en libertad.

Culpas…



¿Que culpa tengo de haber nacido indígena…? 
Y de que el indígena sea discriminado 
¿Que culpa tengo de amar las estaciones..? 
de ver mi libertad y el vuelo del ave como un hecho, 
de pensar que la tierra en que nací 
me pertenece por derecho 
y de no saber que se compra mi derecho a vivir 
con dos monedas.. 
¿Qué culpa tengo de no saber que algunos 
quieren poseer el aire que respiro, 
y el agua que bebo? 
Y que otros aprovechan sus nociones 
para llamarme ignorante, y descreído… 
Si mi dios ha sido el sol… 
hasta que me impusieron el suyo, 
si mi cuna fue mi tierra, 
hasta que me desterraron, 
si mi sabiduría fue la naturaleza 
hasta que introdujeron sus enfermedades… 
Si mi salvación es mi don de paz 
y me la fueron quitando en pos del progreso… 
¿qué culpa tengo…? 
de querer tanto a mi tierra 
de ser ella lo único por lo que vivo… 
de pretender respirar mi aire puro 
de llorar al hermano árbol, cuando lo derriban 
de llorar al hermano río, si lo contaminan… 
¿Qué culpa tengo…? 
¿Que culpa tengo de que vendan mi selva? 

Sandra Elizabeth Gutiérrez Alvez 
Seda
(2009)

poesía y más...



 La reflexión de un momento de venganza
(fragmento)
El apuntó a su sien, y ella cayó de rodillas en el suelo
Preguntándose, ¿por qué a mi?...


(Pero esta historia comienza en un borde de la ciudad
cuando él y sus hermanos crecieron en la calle…)


Hoy sus cuerpos yacen caídos en las esquinas…
y la desnudez y su sigilo marcan sus angustias…
son parte del tránsito y del circo de la vida,
y mendigan o venden las únicas artes
que les permitió dominar, esta sociedad suicida.
Ellas caminan buscando saciar los cuerpos ansiosos de carne,
ellos tras el líquido del vuelo y la embriaguez.
Y se olvidan de leer, de crecer, y de aprender
porque apenas pueden saciar sus primitivas miserias.
Porque son una pieza de los abandonados por la vida
Y se apartan a hartarse en el silencio de su propia ruina…
Entreverándose en los sonidos urbanos…
despellejando basura para alimentar su insaciable ansia
y se distraen pensando en cómo sería quedarse con lo nuestro…
Y ahí es cuando los odiamos, rotulamos y condenamos,
encerrándolos peor que a animales salvajes,
a vivir como escoria, a degenerar lo poco que les queda…
Mientras los verdaderos reos, se esconden entre nosotros.
Y pasean en limusinas.
Y sus rostros se exhiben en carteles.
Y se sientan en las universidades a dar cátedra de seguridad.
Pero…
¿Qué diferencia hay, entre aquellos y nosotros?
¿Qué diferencia hay?
Si mi ansiedad se calma con dos o tres pastillas,
y la tuya, con una pitada de buena hierba.
Si no puedo vivir sin conectarme,
ni mostrar mi nuevo complemento…
Si mi obsesión es tu amor , y la tuya el sexo y la oficina..
Si en la universidad estudias marketing
para aprender a aprovechar la debilidad y el gusto ajeno…
y te regodeas en tus vicios y caprichos,
y los muestras como logros y trofeos.
Y nos vamos robando unos a los otros
Inventando estrategias y espejitos…
Dándole apodos a nuestras nuevas estafas
Porque nosotros,
los que nos creemos cultos, educados, poderosos, ricos, y famosos
somos de carne y hueso, igual que aquellos
y provenimos del mismo animal que ellos…
o de la conciencia del mismo dios…
y fuimos hermanos algún día…
y ocupamos el mismo lugar en el cielo
o el mismo código genético nos perteneció…
y en el principio fuimos uno, y luego dos, y tres…
y hoy, nos creemos unos, que somos más que otros…
Entonces algún día, aunque sea sólo un día,
aunque sea por un instante,
es cuando ellos nos hacen sentir
como nosotros les hacemos sentir toda su vida…

Sandra Gutiérrez Alvez


soltar y obtener

No me gustan los ricos principales,
ni los principales ricos de allá fuera.
No me gusta una diosa que no llora
ni la gente que ignora la injusticia.
No me gustan los bombos y platillos
que anuncian los burgueses en su tinta.
No me gustan las clases clasicistas
ni el que compra para alimentar su vista.
Sólo quiero al oro que alimenta
el que hace que gire el engranaje,
y, al que al pueblo en bien de todos representa
debería considerar ese bagaje.

“Pero, el mundo es muy amplio y poderoso
y son pocos los que tienen todo el oro”,
eso dicen los que aún no se percatan
que en el amor y la paz está el tesoro.
Es por eso, que cada uno de nosotros
debería volver la hoja al pensamiento,
compadecerse del alma del tirano
que ha causado el verdadero el sufrimiento.
Mas, no olvidar que el conciente está despierto
que sufre en realidad las injusticias,
y que el sufrimiento te hace fuerte y poderoso
aunque no sea lo a que “ellos” regocija.
…………………………………………..
Y, como son muchos los pobres de este mundo
los hambrientos, los débiles, y enfermos;
los que aún conservamos nuestro aliento
debemos iluminar de pensamientos.
Y, es el momento de que alcemos nuestras armas,
las del amor, la paz y la conciencia,
sabiendo que la humanidad se hermana
y necesita este cambio con urgencia.
Y, sin miedo a que nos consideren unos locos
vamos a unirnos acelerando nuestro rumbo,
porque la tierra, se cae poco a poco
debemos forjar con amor, un nuevo mundo.
Pues el alma del hombre y su conciencia
es el arma más valiosa y poderosa
y no hay oro, ni injusticia, ni sapiencia
que venza al amor, al perdón, y la paciencia.
……………………………
Por eso:
suelto mis “no” y alzo el amor como bandera
deseo abundancia para todos en el mundo,
y aunque parezca una utopía para algunos,
confío en un cambio interior, pero profundo,
de nuestro cosmos y el hombre en su conjunto


Sandra Gutiérrez Alvez

La corola perfecta

  La corola perfecta, el centro abierto. Y la esperanza brillante como polen maduro a la sombra de los sueños. La esperanza vendrá. Es neces...