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Un elegido





Hoy vengo con mi ritual de versos a bendecir tu alma, quiero agradecerte por tu tiempo y por tu ayuda, antiguo salvador de mis mis angustias, acompañante de tan difícil tramo de mi vida. Has sido luz en mi camino, mi maestro y mi guía…

Compartimos risas, planes y sueños. E inmutable, me viste caminar por el filo de los momentos más inoportunos, sabiendo sostenerme con grandeza. Me tendiste tu mano y te aferraste a la mía… siendo mi palabra de aliento, mi luz y mi tibieza… inspiraste los versos de la resurrección de mi poesía y le pusiste color a mi vida, siendo una brisa tibia en las mañanas más frías…

Pero las pasiones se apoderaron de la brisa, entonces vientos y huracanes entreveraron nuestra alas con garras y se desgarraron las tramas que nos unían, porque el orgullo engaña al hombre y le arrebata a la mujer su alma… la especuladora razón es más traicionera que el sabio corazón que no duerme ni se engaña, y sólo él sostiene siempre vivos los hilos de la esperanza y une las almas sin importar las malas circunstancias… 

El destino, guardián de nuestras almas, se ha empecinado en impedir que los miedos, las burlas y el despecho otra vez nos pierdan entre las nubes de la vida y que la imprudencia nos haga necios, las ansiedades traviesos y las pasiones ciegos.

Porque recuerda que las distancias no son impedimentos para aunar las almas y que el tiempo se hace nulo cuando habla el corazón y ni la muerte podría separarlas. Pero ya sabes que mi corazón late en tu presencia, mi alma se completa cuando estás conmigo y sin importar lo lejos que estés, te siento en la distancia… 

Gracias por ser mi guía…

Espero que hayas olvidado mis errores y mis momentos de estúpida agonía. Si me soportaste en mis peores momentos, y hasta callaste en tiempos de cólera… ahora en el remanso de paz quiero abrazarte con el amor que tengo, que permanece y crece con el tiempo. Este amor que no se viste de deseos, que no se aferra, que no culpa, ni juzga, que no te siente perdido porque no posee ni reclama… Este amor no quiere, ama…

Espero que entiendas, hoy mi voz es fuerte y clara. Tantas veces mi alma te necesita y calla, presa de su antigua condena de mi estupidez, contigo y con la vida. Pero soy feliz, de haberte conocido, respeto tu libertad y tu felicidad es la mía... 

Ya no tengo miedo, el amor es mayor que todo, y destruye límites. Eso es lo más valioso: aprendí una nueva forma de amar, la mejor. Me acerqué al creador, a la humanidad y a mi misma, todo a través de ti que fuiste la maravillosa herramienta.

Perdona mis errores. ¡ Es tan grande mi deuda contigo! Sé que no sería nada de lo que soy, si no te hubieras cruzado en mi camino…

Gracias por soportarme y hacerme feliz, siempre serás entre muchos, un elegido: mi gran amigo.

La corola perfecta

  La corola perfecta, el centro abierto. Y la esperanza brillante como polen maduro a la sombra de los sueños. La esperanza vendrá. Es neces...