La cadenaMe preguntas las razones de mi ayuda
(y no las hay).
Me hablas de devoluciones y reintegros
(y no es la forma).
Sigue la cadena que el efecto fluya y se multiplique.
Paga tus deudas con el otro
con el que viene cansado y triste
con el dormido
con los que sudan necesidad
porque el mundo es una máquina impiadosa
y el amor falta.
Abre tus ojos y observa.
¿Aún crees que no hay motivos?
¿que la vida no es injusta lo suficiente
para verla a los ojos y dejarla mirarte sin reclamaciones?
Esta es mi razón
el sentimiento
la idea
la sensatez
ante la irreverente injusticia que es el mundo
que como un animal mitológico
se traga tus ilusiones con sus cuatro cabezas y te avienta al abismo.
No es esencial la devolución
cuando la necesidad te está llamando.
Pasa el favor
conviértete en eslabón
De mí otros se encargan.
La parte buena de la vida se encarga.
El amor se encarga. El Uno se encarga.
Por eso pude acariciar algunas almas,
con un apoyo
una enseñanza o una palabra.
Porque antes estuvo otro sosteniéndome en cuerpo y alma.
Y ahora te sostengo a vos por un tiempo
hasta que llegue tu momento de ver más allá de lo intangible
de entender la idea y aferrarte al amor como bandera.
Y no intentes acariciar mi ego con elogios,
para eso estoy yo, que lo halago y sosiego
y lo mantengo a raya de mi candente humanidad,
un ser alimentado a culpa y miedo
que descubrió el amor casi sin saberlo.
Aunque mi bondad no es infinita
ni soy un ángel
creo que ni buena persona
apenas un objetor de conciecia
creador de espacios de amor
repartidor de posesiones y tiempo
eterno estudiante de la vida.
Recuerda que me entrené en tiempos de vacas flacas
y respondo al dolor por propia experiencia.
por eso cuando dices "duele" o "falta" puedo saber de lo que hablas.
Y como mi conciencia no trabaja para el sistema,
sino para lo que ve y siente
como no siempre cae bien
y mi tiempo es limitado en esta tierra
puede que un día se borren mis palabras
se oculten mis acciones y se olvide mi nombre.
Pero todo está dicho y hecho
y es lo que importa.
Sos el eslabón siguiente y en vos confío.
Hoy te escucho, ocupo tus zapatos y te entiendo.
Y aunque a veces calle o presione
o reclame más de ti para ti mismo
aunque me vea iracunda ante la injusticia
o levante el volumen de mi voz ante la insensatez
ella entiende
ella te ama. Ella no juzga, ama.
Y estaremos aquí
en la cadena
juntos
hasta que sea necesario
o hasta que el cuerpo aguante.
Sandra Gutiérrez Alvez
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Crédito de la fotografía:
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